La vida no es justa y las vidas sin vida lo son aún menos. Las calles se llenan de cuerpos vacíos que ruegan con la cabeza gacha un par de euros para alimentar su familia, se llenan de miles de historias de principio y transcurso triste. Miles de personas que dejaron de serlo porque el dinero o la salud así lo quiso.
Por el derecho de todos a despertar con esperanza, por deber de todos de tratarnos por igual. Sin desprecios por sexo, color o modo de vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario