viernes, 14 de enero de 2011

Yo no ser robot.

Acostumbro a escribir, con un bolígrafo de última generación trasparente, textos y tonterías de todo tipo en el bloc de mi cabeza. Sobre todo a las noches, me encanta coger boli y libreta invisibles y escribir, ¡y vaya si escribo bien! Parece escribirse solo. Es como cuando imaginas dibujar unos preciosos girasoles, en tu cabeza brillan, hasta parecen hablar... Pero cuando los trasladas al papel, ¡ay! Menos girasoles son de todo, les ocurre incluso a los grandes. Se puede tener suerte y que te coloquen en un lugar privilegiado del National Gallery o que por el contrario te suspendan plástica.

Prometo no inventar un copia-pega mágico que traslade mis pensamientos e impresiones al papel. Si hoy en día el caso es inventar chismes que nos 'entontezcan' y nos permitan vaguear a nuestras anchas. ¿Para qué dedicar tiempo a leer si ya hay cachibaches que lo hacen por ti? ¿Para que aprender ha hablar idiomas si ya hay maquinas que traducen lo que dices? Es lo último, ¡la pera limonera! El problema reside en que hay gente que lo cree realmente así, desconocen los pequeños placeres, ¡pobres!
(Fuente: Muy interesante: "Habla en castellano, Google lo traduce y tu interlocutor lo recibe en inglés") 

Escribir de la mejor forma posible, con sensatez, dibujar con gusto, expresarnos como si fuésemos indios, nada importa si se hace con ganas. Transmitir, eso es lo que cuenta.



A disfrutar de la vida y sus pequeñas cosas,
no dejeis para mañana lo que podáis hacer hoy, observa la luz que pasa entre las hojas de los árboles, escribe, expresa, camina bajo la lluvia, sonríe bajo el sol. Incluso en examenes el vivir puede ser maravilloso.

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