Intentos

Le preguntaría una y mil veces por él.
Y por ella.

Pero mil y una veces se quedaría en el intento.

...y sentir.

Quiero ser el erizado de tu piel, el olor a café recién hecho, el ruido de tus carcajadas mientras me miras. Quiero ser nosotros sin dejar de ser yo y caminar sin mirar los pasos que hacen el camino.

Y quiero soñar sin buscar explicaciones y sentir sin medida. Y saltar sin razones y vivir como si la vida acabase cada noche. No siempre es posible pero siempre es oportuno intentarlo y así lo voy a hacer. Mi reino por un sentimiento real, capaz de hacerme llorar y reir, de sentir y vivir mi vida sin límites.

La aventura de sus vidas, por escribir.

Soñaron con escribir juntos el cuento de sus vidas, pero no se dieron cuenta de que debían cambiar de boligrafo para seguir escribiendo.

Se quedaron sin tinta y el cuaderno lleno de hojas vacías de lo que podría haber sido una aventura sin fin. La aventura de sus vidas.

¡Que sí!

"Para poder ver el arcoiris, primero debes soportar la lluvia."

(Anónimo)

Que llueva, que llueva,
la Virgen de la Cueva,
los pajaritos cantan,
las nubes se levantan

¡Que sí, que no, 
que caiga un chaparrón
con azucar y turrón, 
que se rompan los cristales
de la estación
y los míos no
porque son de cartón!

Gentes: Perdió la ilusión, pero volverá.

Hubo un tiempo en el que, para ella, escribir era poesía para sus manos. Sacaba lápiz y papel y dejaba que sus sentimientos fluyeran por sí solos. Luego, tal vez por miedo a que fuesen conocidos o para evitar volver a leerlos en un futuro, lo rompía, el papel... Romper los sentimientos nunca fue tarea fácil.

En cambio, ahora... Ahora las cosas han cambiado. A su alrededor ya nada es igual, en su interior ya nada es igual, en sus manos está el mundo y ella se niega a darle cuerda. Ya no escribe, a menudo duda si tan siquiera siente. No hay pasión, no hay alegrías, por no haber, no hay ni dolor. Se olvido de ella y los sentimientos la dejaron de lado. Los días se siguen unos a otros, la rutina es la dueña de su vida y los hechos se suceden sin más, porque así debe ser.

Se olvido de cuidar las amistades, se olvido de todo. Y quiere volar, pero no ve momento. Y quiere soñar, pero son tantos los sueños que en su cabeza no logra materializarlos.

Pero lo hará, jura que lo hará. Y volverá a escribir, sonreirá y soñará y sentirá.

Claro que lo hará.

Sin inicio ni fin, pero eterno.

Estaba vivo. Con o sin vida. Nada se lo hacía sentir, tampoco nadie lo sentía.
Pero se fue.

Y sólo ella supo mantener en su corazón lo que un día podría haber sido su amor. El amor de su vida.

Sí quiero todo contigo.

Ayer me dieron una lección. Quizá no de vida, pero sí de amor. De sensatez y entrega, de ganas y dedicación. Tengo que reconocer que esto no ocurre muy a menudo, al menos no en mi día a día, y yo, ventidosañera aún, me encargué de desaprovechar. 

Por eso, no se me ocurre otra forma que la de retroceder unos años atrás, cuando ésta era la mejor forma que tenía de expresarme y de querer. 

Te quiero. Mentiría si dijese que como el primer día. El primer día en verdad no te quería, ni el segundo. Tampoco tarde mucho en quererte, porque a una persona como tú es difícil no quererla. Pero aún así, hoy por hoy, creo que, si no más, sí te quiero mejor. Porque a pesar de haberte conocido, observado, con mis ojos mirones que te examinan como tú ya sabes, y aguantado, sigo queriendo tenerte muy cerca. Quiero seguir sintiendote, seguir oliéndote, seguir despertando a tu lado.

Poquito a poco y con paso firme.

¿Aceptas seguir caminando a mi lado?

Yo, SÍ QUIERO.